Ninguna nación extraña tiene el menor derecho a intervenir en México

El presidente de Estados Unidos, Mr. Coolidge, declaró que los problemas entre el gobierno mexicano y la Iglesia son totalmente locales, por lo tanto ni su país ni ningún otro tienen derecho a intervenir en el conflicto. Aclara que su gobierno procederá únicamente si son afectados ciudadanos americanos; por lo anterior se espera que la comitiva de los Caballeros de Colón fracase, ya que iban a solicitarle al presidente norteamericano que entrara en el conflicto para defender a los suyos, pero en vista de esta declaración ya no tiene sentido. Funcionarios de la administración americana esperan que el conflicto termine lo más pronto posible, se informa que el embargo a las remesas de armas y municiones a México continua vigente. El ministro de Estado, Frank Kellogg, ratifica las declaraciones de Mr. Coolidge. The New York Times, a través de su corresponsal en México, informa que el conflicto religioso en el país vecino continua en su punto más álgido y hay visos de que pueda mejorar; el corresponsal se ha enterado de algunas soluciones que han planteado ambos bandos, sin embargo a la hora de la negociación ninguno quiere ceder, él cree que los católicos serán los que tengan que retroceder primero. El Vaticano, por medio del periódico IL Osservatore Romano, señala que el artículo 130 de la Constitución mexicana atenta en contra de los principios de la Iglesia, ya que propone que la autoridad eclesiástica sea sustituida por la civil, por lo tanto es ilícito. Finalmente, los Caballeros de Colón que se encuentran en Estados Unidos informan que permanecerán en aquel lugar hasta que la situación en México se aclare.