¡Quén sabe, siñor!

LABRA, Jorge
El Dictamen.
Veracruz, Veracruz. México. . 1a., p. 2
EDITORIAL

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El autor dice que para que un hombre sea feliz debe conocer sus aspiraciones y llevarlas a la práctica, para ello necesita conocer que es lo que lo hace falta por medio de la lectura conocerá lo complejo que son las necesidades humanas y escudriñara una buena solución a sus aspiraciones. Esto lo dice como preámbulo a la critica que hace al subsecretario de educación, el licenciado Manuel Gamio, sobre su medida para conocer las necesidades de los indios, la cual consiste en llegar a las comunidades indígenas con un cuestionario que deben responder y a partir de esto sacar conclusiones sobre los problemas de los indios. Sin embargo, el autor considera que para que un indio pueda responder a tal cuestionario, primero debe saber hablar español sino es imposible conocer su opinión porque él no conoce el significado de las palabras y segundo debe conocer dentro de un contexto cuáles son sus necesidades. Para llevar acabo el proyecto, el subsecretario necesita de mucha gente y entre ella a muchos burócratas para averiguar -dice el autor- lo que todos ya sabemos. Asegura que no es necesario preguntarles a los indios sobre sus necesidades, sí es obvio que ellos de "lo que padecen es de hambre crónica y lo que necesitan es comer." Esta seguro que el problema no es de tipo sentimental, como lo hace el subsecretario, sino de "domesticación de civilización" de los indios. Propone que es mejor alejar a los indios niños de sus costumbres, de sus padres y de sus vicios, llevándolos a lugares de concentración con el fin de educarlos. En el momento en que los niños pueden ser educados en ciudades, afirma que "se habrá dado el primer paso para la regeneración de la raza."