El imperialismo americano.

Con referencias a la historia de México, este editorial analizaba el fenómeno de este imperialismo en ascenso constante desde el siglo XIX, pero frente al cual las naciones latinoamericanas desde los tiempos de Simón Bolívar no habían sabido buscar la solución, que no era otra a decir del diario que el trabajo sistem tico, libre de `escarceos políticos`, que desembocaría autom ticamente en la autonomía: `[...] Los Estados Unidos son ricos, se desarrollan con una rapidez que ningún pueblo en la historia había igualado, tienen energía mayor que la necesaria para su simple vivir y el cuerpo material, geogr fico, en que esa energía est actuando, les resulta ya estrecho; les sucede lo que en física a los cuerpos que se dilatan; lo hacen invadiendo con su volumen el espacio de cuerpos menos densos. Lo que debe asustarnos es nuestra pasividad ante el problema, ya que lo único que hacemos es pronunciar discursos, cosa en verdad pasiva puesto que no deja nada sembrado en el único terreno lógico de defensa: el robustecimiento [...] Mucha culpa del mal la tiene la forma en que nuestro problema se enuncia, desde el punto de vista rom ntico (patria, raza, derecho puro, etc.,) y no desde el punto de vista racional (producción, organización, disciplina, suficiencia propia) [...] el trabajo intenso y constante, la cura de nuestra anemia económica y de nuestra epilepsia revolucionaria [...]`.