Revolución y reacción.

El diario hace explícita su concepción sobre las dos palabras del título muy empleadas durante la campaña presidencial de 1927, con la recomendación de que los mexicanos responsables se inclinen por el segundo de los términos: `Para nosotros la revolución en México es el movimiento desordenado que en la legislación y en las ideas sostiene un grupo de hombres impreparados, audaces, que han encontrado un cómodo 'modus vivendi' en fanatizar con novísimas ideas sociales a incautos y a fracasados en la lucha legítima por la vida. La reacción es el grueso de la población consciente, amante de los métodos constructivos y de la moral como base de todos los actos públicos. No podrían explicarse de otro modo esas dos direcciones después de tres lustros de pugna entre las dos entidades.... Para ser claros, diremos que la Revolución, entendida al modo mexicano, ha demolido, sin construir, mientras que la reacción, si no ha podido construir por hallarse maniatada por la fuerza bruta, ha por lo menos sostenido una desigual y heróica lucha por conservar lo ya construido` (documento fuente).