Sangre, sangre, m s sangre.

Posición del diario frente al planeado levantamiento de los generales Serrano y Gómez, insistiendo en que el concepto de revolución tiene en México un significado equivocado que sólo ha provocado el personalismo y el derramamiento de sangre, y excluye de esto último a la guerra de razas (rebelión de los yaquis) y a la guerra de religión (las movilizaciones de los católicos); lo dem s siempre ha surgido del interior del propio ejército: `Lo m s doloroso es que ni la víctima del momento, el general Serrano, ni la probable víctima de dentro de unos días, Gómez, ni el probable vencedor en esta contienda fratricida, Obregón, han tenido en su abono pruebas que satisfagan a la nación acerca de sus propósitos de mejorarla, de guiarla por el buen camino. Han sido políticos, únicamente políticos, y eso entendiendo la palabra en el peor de sus significados, el significado mexicano, que equivale a par sitos` (documento fuente).