El aspecto serio de la cuestión internacional.

El editorial retoma el tema de las difíciles relaciones entre los gobiernos de Calles y Coolidge y el asunto todavía más complicado de la posición radical del embajador Sheffield, partidario de la inflexibilidad para con México y al que nuestro presidente querría ver sustituído. El diario argumenta que el gobierno mexicano había desvirtuado también el sentido de las reclamaciones norteamericanas, presentándolas como una cuestión de honor y de integridad territorial nacional, cuando en realidad se trataba de aplicar la reglamentación del artículo 27 constitucional con un espíritu `retroactivo y confiscatorio`, lo que `[...] no nos llevará ciertamente a un 'casus belli' con los Estados Unidos ni enfriará siquiera nuestras relaciones con este país, que esperará pacientemente el cambio de gobierno, de legislación y de sistema gubernativo que necesariamente tendrá que venir para México tarde o temprano; pero en lugar de enviarnos un 'ultimátum', el gobierno americano seguirá ejerciendo su poderosa influencia para evitar que el capital de este país acuda a nuestro suelo [...]`.