Un saludable precedente.

Este editorial aplaude el que se haya aplicado todo el rigor de la ley al diputado poblano Wenceslao Macip, quien asesinó en la vía pública al también diputado por Puebla Marino Pérez después de una acalorada discusión en la Cámara; como ésta erigida en Gran Jurado absolvió a Macip, las autoridades judiciales del fuero común hubieron de esperar hasta que terminara el periodo de su encargo y perdiera el fuero constitucional para someterlo al proceso correspondiente.