La personalidad moral de la Iglesia

CAPISTRÁN GARZA, René
El Universal.
México, Distrito Federal. México. . 1a., p. 3
ARTÍCULO

EDUCACIÓN Y CULTURA - Varios
CONFLICTO RELIGIOSO - Relación estado-iglesia católica
CONFLICTO RELIGIOSO - Instituciones y asociaciones eclesiásticas y laicas

Vimos en el artículo anterior que el Estado, debido a la revolución, se ha convertido en: soberano temporal y espiritual, en señor omnipotente de todo y todos, en predicador laico y pontífice al revés, con ello pretende justificar ante el derecho, la muerte de la libertad religiosa. Es decir, bajo el nombre de la doctrina revolucionaria se pretenden justificar los procedimientos, con los cuales por medio de una teoría radicalmente puede el Estado: meterse en todo, destruir el municipio, suprimir al a Iglesia, así como también puede quitársela; por ello se connota que es preciso atacar y destruir a la Iglesia, rechazar la doctrina de la existencia real de las personas morales, y acogerse a la doctrina de la ficción legal. Esta situación nos conlleva a señalar que la persona moral, es creada por la voluntad libre de los individuos que se asocian para un fin determinado y concreto. El hecho de aceptar esta teoría, que es la verdadera y jurídica, conduce a las siguientes consecuencias: el Estado no tiene derecho para suprimir las personas morales, ni siquiera para impedir su libre desarrollo ni su libertad, y menos aún de entrometerse en su vida interior, en su legislación y oponerse al cumplimiento de sus fines. Sin embargo, la situación anterior ha conllevado a inventar dos teorías acerca de las personas morales: la primera es de la existencia real y fundada en el derecho natural, la segunda de la nación legal es en el derecho inventado por la revolución. Es decir, se ha olvidado que de manera ambivalente, se afirma que: "las personas morales, como sujetos de derecho que son, pueden poseer, sin embargo, el Estado es una persona moral, por tanto, resulta que a su vez, la ley es creada por el Estado que la produce, porque sin Estado no hay ley, además, de que el Estado es la causa de su propia causa".