La inamovilidad judicial

Los litigios importantes de toda la República se resuelven en última instancia en la Suprema Corte de Justicia, quien actualmente ha emitido ejecutorias terribles, en ellas se notan materiales de segunda mano, y peor aún carecen del misticismo del antiguo derecho, del lenguaje noble y elevado que da dignidad a los temas y que trae a la mente las figura de grandes de la edad de oro del derecho romano. Esto ha suscitado que se emplee un lenguaje moderno y una prisa por salir, cosa que ha conducido a que se de una situación de inamovilidad judicial, la cual está demasiado corrompida, y orientada hacia intereses mercenarios, a pesar de que esta representa una defensa en contra de los excesos del Poder Ejecutivo, ya arcaica. Sin embargo, esta deja al individuo aislado sin protección alguna, porque el juicio de responsabilidad es una farsa, ya que cree encontrar en ella el único remedio. Por ello connotamos que es infantil el suponer que con la inmovilidad tendremos una justicia limpia, imparcial, sabia e independiente, debido a que esta no se consigue pasivamente, porque su origen un fenómeno de fuerza, de lucha y de violencia, que va desde atrocidades de la venganza primitiva hasta los actos de opresión de los partidos políticos; así es que mientras esta no esté fundada sobre las bases del derecho romano, afirmamos que la inamovilidad será una escuela de bajeza, de servilismo, y de opresión en un foro ya servil, inmoral y apático